jueves, 20 de diciembre de 2012

Evangelio del domingo 23 de diciembre

En el Evangelio de este domingo vemos una escena de la fe que tenían los sencillos. Eran conocedores de la Escritura y sabían interpretar que El Mesías podía venir de forma humilde y pequeña, al contrario que muchos estudiosos de la Ley; porque en ellos estaba el Espíritu Santo, porque les había sido revelado como dice el Magnificat.
Así hemos de ser para que el auténtico Mesías nazca en nosotros, para que podamos verlo y entenderlo. María e Isabel nos lo muestran y creo que no hay otra forma.


Lectura del santo Evangelio según San Lucas (1,39-45):
En aquellos días, María se puso de camino y fue a prisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.»

Fano lo ve de esta forma: "El Espíritu nos lleva a servir"


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