jueves, 15 de noviembre de 2012

Comentario al Evangelio: Amador Díaz

Seguimos con la serie de comentarios al evangelio por cristianos del día a día. En esta ocasión, Amador Díaz es quien nos dará su visión de la lectura de este domingo.
Amador tiene 51 años, trabaja de funcionario en una consejería, donde a veces les habla a sus compañeros de Jesús y leen el Evangelio que tiene encima de su mesa. Está entregado a darse a los demás, desde la pastoral penitenciaria a cáritas parroquial; siempre buscando dinero, lavadoras, frigoríficos, comida... para gente que lo necesita. Nunca le oí decir que no a alguien y desde que lo conozco, cada vez tiene una vida espiritual más profunda. Dice que se encuentra con Dios sobre todo en la naturaleza y allí va frecuentemente a admirar y cuidar Su Obra. Es de esas personas sencillas y generosas que siempre están dispuestas a ayudar.
Yo siempre digo que si hubiera más Amadores, el Reino estaría más cerca de instaurarse definitivamente.
Aquí os dejo su comentario, el de Amador; que haciendo honor a su nombre, siempre está amando.


Este pasaje del evangelio de Marcos, es un relato apocalíptico y siento un poco de miedo pues me pregunto: “¿Dios mío, se acaba el mundo? ¿El juicio final?” Reflexiono y me digo
que no es tan malo, pues se cumple la voluntad de Dios y me doy cuenta que es el Creador y Todopoderoso. Nos envía a su Hijo con todos sus ejércitos para traer justicia, paz y misericordia, es el triunfo del bien sobre el mal .Tras años de tribulaciones en la humanidad, llega lo que anhelamos los cristianos, un mundo nuevo, la vida eterna, el encuentro con nuestros seres queridos. “Es la respuesta a todas mis preguntas “   ¿Cuándo? No lo sabemos, pero sucederá. Mirad la angustia de la higuera en invierno, sin hojas, frío, viento, lluvia y de pronto la primavera que  surge con brotes nuevos. Así surgirá el Hijo del hombre de entre las nubes, como un brote de vida eterna.
Jesús quiero tener fe en Ti, no puedo olvidar que todo pasa, sólo queda Tu palabra. Dame fuerzas para que no me encuentres esclavo de lo material y superfluo de este mundo.
Leer Tu Palabra cada día y ponerla en práctica en mi trabajo, con mis amigos y menos amigos, en la familia, con todos aquellos que se crucen por mi camino. No quiero ser egoísta y que Tu Palabra quede solo en mí, sino  darla a conocer a los demás con mi ejemplo (amor a Dios y a los demás). 
 Ayúdame a llevar Tu mensaje de salvación a los demás y ten misericordia por mis errores.  AMÉN



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